Ante la creciente tensión social en el país, provocada por las constantes manifestaciones contra la Ley 462 de la Caja de Seguro Social, los proyectos de embalses en Río Indio, el memorándum de entendimiento con Estados Unidos y la problemática minera, la Confederación Panameña de Religiosos (CONFEPAR) emitió un enérgico comunicado exigiendo el cese inmediato de la represión por parte de los estamentos de seguridad del Estado.

En un llamado directo y conmovedor titulado “En nombre de Dios, ¡CESE LA REPRESIÓN!”, religiosas y religiosos de Panamá alzaron su voz ante lo que califican como una represión “indiscriminada y brutal” contra los manifestantes, en especial contra los pueblos originarios del país.

> “Estas fueron casi las últimas palabras de San Óscar Romero, y hoy las repetimos frente al gobierno de nuestro país”, señala el documento, haciendo eco de la memoria del mártir salvadoreño asesinado por denunciar la violencia estatal en su país.

El comunicado denuncia de manera contundente los actos de violencia registrados en diversas regiones del país como Chiriquí, Veraguas, Panamá Este y Darién, donde aseguran que mujeres han sido encadenadas, desnudadas y humilladas, mientras ciudadanos, incluidos niños y adultos mayores, han sido agredidos con gases lacrimógenos y perdigones.

Los religiosos cuestionan duramente las acciones de las fuerzas de seguridad:

> “¿Aplicar la ley significa despreciar, humillar, maltratar? ¿Cómo es posible que su lema sea ‘Dios y Patria’? Acuérdense que no hay que usar el nombre de Dios en vano.”

La CONFEPAR exige al gobierno panameño que detenga la represión, escuche el clamor del pueblo y garantice el respeto a los derechos humanos, en especial el derecho a la protesta pacífica.

Este pronunciamiento se suma a los múltiples llamados que diversos sectores de la sociedad civil han hecho en defensa de la democracia, la justicia social y la dignidad humana.