
El Papa León XIV reitera su llamado a una Iglesia misionera, acogedora y servidora de la unidad
Durante un emotivo encuentro con los funcionarios de la Curia Romana, empleados de la Santa Sede, de la Gobernación y del Vicariato de Roma, el Papa León XIV renovó su llamado a ser una Iglesia misionera que tienda puentes, fomente el diálogo y acoja con amor a todos los que necesitan del Evangelio.
“Juntos, debemos buscar maneras de ser una Iglesia misionera, una Iglesia que tiende puentes y fomenta el diálogo, una Iglesia siempre abierta a acoger… con los brazos abiertos, a todos aquellos que necesitan nuestra caridad, nuestra presencia, nuestra disposición al diálogo y nuestro amor”, expresó el Santo Padre, recordando su mensaje del pasado 8 de mayo desde el balcón de la Basílica de San Pedro.
El Papa destacó que esta misión no se limita a la ciudad de Roma, sino que se extiende hacia toda la Iglesia universal: “Servir a la comunión, a la unidad, en la caridad y en la verdad”, señaló.
En su discurso, el Pontífice también rememoró su experiencia como misionero en Perú, etapa que definió como clave en el desarrollo de su vocación pastoral. “¡Nunca podré agradecerle al Señor lo suficiente por este don!”, afirmó con emoción.
La importancia de custodiar la memoria
Además de su llamado misionero, el Papa León XIV subrayó la relevancia del trabajo de la Curia en la preservación de la memoria de la Iglesia. “Los Papas pasan, la Curia permanece. La memoria es un elemento esencial de un organismo vivo. Nutre el presente y guía el futuro”, explicó.
Añadió que trabajar en la Curia Romana es contribuir a mantener viva la memoria de la Sede Apostólica, permitiendo que el ministerio del Papa se ejerza con fidelidad y continuidad.
En este sentido, reconoció la labor de sus predecesores, especialmente del Papa Francisco, quien impulsó una profunda reforma de la Curia centrada en la evangelización, a través de la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium.
Unidad, amor y servicio cotidiano
Finalmente, el Santo Padre exhortó a los presentes a cooperar en la construcción de la unidad, especialmente en el entorno laboral, afrontando los desafíos cotidianos con paciencia, humildad y sentido del humor, tal como lo enseñó el Papa Francisco.
“Invoquemos juntos a la Virgen María para que bendiga a la Curia Romana y a la Ciudad del Vaticano, y también a sus familias, especialmente a los niños, los ancianos, los enfermos y los que sufren”, concluyó.
Información de Aciprensa